Etiqueta: escribir

Steven Universe

4 cosas sobre personajes que Steven Universe puede enseñarnos

Cualquiera que me conozca sabrá que Steven Universe es una de mis series favoritas, por delante de muchas otras «míticas» de imagen real y con un target más cercano a mi edad. Debo admitir que al principio no me enganchó demasiado: Steven era demasiado crío, el típico niño patoso al que las gemas tenían que salvar pero que inexplicablemente acababa descubriendo el modo de ganar mientras que sus tutoras no lo hacían. Sin embargo, como muchos otros personajes de la serie, Steven cambia, crece, se descubre a sí mismo y se convierte en otra crystal gem como sus compañeras sin perder nunca su esencia bonachona y pacifista.

Steven Universe es una serie destacable en muchos sentidos. Su animación, su representación de personajes diversos, su mensaje de amor, su alegría, que tanto contrasta con los momentos nightmare fuel que aparecen de vez en cuando… Todo es estupendo. Pero si hay algo que me gusta de ella y que la pone muy por encima de otras series adultas y «zuper ozcuraz» es la consistencia de sus personajes, sus arcos dramáticos y su caracterización.

Por poner un ejemplo, Juego de Tronos (la serie, no los libros, ojo) parece un coche sin frenos que tira la consistencia por la ventana según exija la trama, con sus personajes tomando decisiones que no corresponden con su esencia, o tomándolas en un capítulo pero olvidándose de ellas dos o tres después (Sansa…). Steven Universe, «esa serie para críos», se las arregla para no sólo crear algunos de los personajes más convincentes de la ficción, sino que genera una progresión dramática muy creíble para ellos.

Hay muchas cosas que los escritores podemos aprender de Steven Universe. No sólo os animo fervientemente a verla (son, hasta el momento, 80 episodios de diez minutos cada uno, y cada uno es mejor que el anterior), sino que en este artículo voy a intentar enumerar las cosas que nos enseña en lo que a desarrollo de personajes se refiere:

ESTE POST CONTIENE SPOILERS DE STEVEN UNIVERSE HASTA GEM DRILL

Leer más

6 señales de que estás escribiendo una relación tóxica

Me encantan las relaciones tóxicas. En las historias, quiero decir, no en la vida real. Soy de las que cuando leyó la contraportada de Crepúsculo (antes de que se convirtiera en el boom editorial que fue) lo cogió de la biblioteca al instante pensando que sería una relación de abuso emocional vampírico. En realidad… Bueno, en realidad acerté. Pero la relación no era autoconsciente y se romantizaba, algo que por tristeza es bastante común en la literatura YA.

Me gusta leer sobre relaciones tóxicas porque para mí es como ver una película de terror: una manera de explorar emociones oscuras desde la seguridad de tu salón, con una mantita y palomitas, y la certeza de que una vez acabe la peli no tendrás más miedo (a no ser que estés sola en casa y te empieces a obsesionar con que la sombra de al lado de tu cama es un asesino).

Si te vigila, te depreda. Lo saben aquí y en la China popular.
Si te vigila, te depreda. Lo saben aquí y en la China popular.

Leer más

La medida de la badass

Tenía pendiente escribir un post sobre personajes femeninos fuertes, pero quería espaciarlo un poco más respecto al último de esa temática. Por otro lado, me he topado con este artículo que me ha hecho pensar en mi propia definición de badass. Para mí, el término es importante, pero como dije en este otro artículo, es difícil acotar lo que pienso acerca de él. Hasta ahora sólo he hablado en profundidad de mujeres de armas, así que voy comentar algo sobre las que no lo son.

En los últimos años se ha dado mucho bombo a los «personajes femeninos fuertes». Todas las tías de las obras de ficción tienen que saber dar tiros, o tortas, o atreverse a lanzarse de un avión en llamas con un paracaídas roto. Hasta Blancanieves. En el fondo, la mayor parte de estas tías, por muy duras que sean, acaban luchando contra la secuaz (mientras el héroe se pega con EL JEFE FINAL) o quedando inconscientes o en apuros en el peor de los casos. Casi nunca solucionan nada y sus personalidades son un cortapega intercambiable. En muchos casos caen en uno de esos 5 tópicos sexistas que odio, como por ejemplo la misoginia interiorizada.

Nunca será un mal momento para recordar a Kate Beaton

Leer más

8 subgéneros de ciencia ficción que puede que no conozcas

Después del exitoso post sobre subgéneros de fantasía, no he dudado ni por un instante que llegaría el momento de escribir este otro. Sin embargo, me he encontrado con que describir los diferentes subgéneros de la ciencia ficción es bastante más complejo que los de su pariente fantástico.

La lista de subgéneros es un poco más extensa que la del post anterior y he decidido mezclar algunos que me han parecido que suelen ir de la mano. Os digo lo de siempre: probablemente me deje algunos en el tintero, las descripciones son pequeños resúmenes de lo que define a un subgénero y en muchas ocasiones tienden a solaparse unos con otros. Si te gusta la ciencia ficción, conocerás todos o la mayoría. Si eres nuevo en el género, no dudes en echarle un ojo a la lista porque seguro que alguna de las variantes te llama la atención.

Pero antes de que empieces, debo hacerte una pregunta algo chocante:

¿Cómo de dura la quieres?

Aunque esto no ocurre con la fantasía, cuyas normas no tienen que obedecer más que a las leyes internas de un mundo inventado, en la ciencia ficción es necesario señalar cuánta base científica tienen los sucesos de la historia y cuánto se aventura en el terreno de la hipótesis.

Ciencia ficción blanda

Las leyes físicas se tienen en cuenta, pero se doblan y estiran hasta cubrir las necesidades de la historia sin explicar muy bien cómo. Es muy normal que existan novedosos elementos químicos o procesos físicos que permitan, por ejemplo, viajar en el tiempo, alcanzar la velocidad de la luz (¡sin que exista dilación temporal!) o intercambiar conciencias entre cuerpos.

Ejemplos: Flores para Algernon, de Daniel Keyes, La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. Le Guin, o cualquier producto de Star Trek.

Leer más

Del rol a la literatura: 5 claves que puedes aprender jugando

Soy una jugadora de rol empedernida. Llevo jugando desde los once años y no quiero dejar de hacerlo jamás, salvando los periodos de barbecho que acompañan a la época de exámenes o de gran carga de trabajo. Mi vocación de narradora me empuja a contar historias sin importar el formato, siempre con la perspectiva de emocionar y que me emocionen.

Es fácil encontrar las similitudes entre la literatura y los juegos de rol. Basándome en mi experiencia como jugadora y máster, he elaborado esta lista en la que enumero cinco claves que cualquier escritor o proyecto de debería tener en cuenta:

1 – El lector vive la historia a través de los personajes

El rol es un juego de empatía.

Los personajes son la puerta de entrada de los jugadores al mundo imaginario. Como alter egos de los jugadores, los personajes se relacionan con las circunstancias que plantea el máster y triunfan o fracasan en base a sus propias decisiones. A cambio de ser dioses, los jugadores disfrutan de las emociones derivadas de las experiencias de los personajes, ya sean positivas o negativas. Cuando un personaje tiene éxito en una jugada arriesgada, es el jugador quien deja escapar un grito de júbilo. Si su vida está en peligro, el jugador aprieta el dado y murmura plegarias en un intento de forzar la tirada que lo salvará. A menudo, toda la mesa contiene el aliento mientras uno de los personajes hace equilibrios en el borde del abismo. No importa que el resto de jugadores no controlen directamente al personaje: si el grupo está concentrado, la energía emocional se comparte.

Si no has leído Dark Dungeons, deberías hacerlo.
Si no has leído Dark Dungeons, deberías hacerlo. ¿Cómo vas a aprender a hacer magia negra si no?

En la literatura pasa lo mismo. El lector necesita personajes que le interesen y por los que se preocupe, dado que son el gancho que lo une a la historia. No importa lo buenos o malos que sean, sino la capacidad que tengan para conectar con el lector. Si no son interesantes, nadie va a seguir pasando páginas para saber qué les ocurre a continuación y si podrán sortear los obstáculos.

Leer más