Retomamos la historia un poco después de donde la dejamos. Kerr y Bahuer van camino del aeromóvil (porque por supuesto que en mi futuro hay coches voladores) y ella hace una pregunta que parece bastante evidente. ¿Qué pasa si todo esto es un montaje? No le faltan motivos para no querer creerlo. Parece que Bahuer no tiene nada que ocultar y pretende demostrarle que van en serio, pero Kerr aprovecha para forzar un poco la situación y pedir privilegios.

La relación entre Kerr y Bahuer está basada en la lucha por el control. Los dos quieren manejar al otro y mostrar su superioridad; esto es algo que se ha visto en todas sus interacciones hasta ahora. Ni qué decir tiene que no es la manera adecuada de tener una relación de pareja con nadie. Por algo se desaconseja iniciar una en una situación de desequilibrio de poder.

Kerr es la superior de Bahuer, pero al acostarse con él las líneas se han vuelto borrosas. Ni ella se siente jerárquicamente por encima, ni él por debajo. Lo que queda es una lucha desesperada por ambas partes por demostrar que son mejores que el otro. En el caso de Kerr, esto está muy relacionado con su autoimagen como líder. Más sobre este tema en el siguiente capítulo.