Categoría: Escribir

Escribir diversidad no es fácil

«Preguntan por Twitter que si tú crees que puedes tener un personaje principal que sea LGBTI (…)»

«Son cosas que surgen de manera natural con cada historia. Yo no lo descarto, para nada. Pero vamos, tampoco voy a ir a hacerlas así a propósito. No voy a escribir una historia para hablar solamente de un tema en concreto: lo principal es la historia. Si a raíz de esa historia ya aparecen otros temas, estupendo, pero cuando tú escribes una historia solamente para denunciar una cosa o para hablar de un tema en concreto, no estás escribiendo una historia realmente, estás haciendo un panfleto, no sé si me explico, y eso no es bueno tampoco.»

Laura Gallego tiene razón.

¡Toma clickbait! ¡Espera, espera, deja de hacer scroll para cagarte en mi ascendencia en los comentarios! Me explico.

Lo que leéis arriba, si tenéis Twitter y lo teníais ya hace tres semanas, es un fragmento de una entrevista con una de las autoras de literatura fantástica juvenil más importantes de España, si no la más importante de los últimos quince años. Yo la he leído, probablemente tú la hayas leído y los chavales que van hoy al instituto la están leyendo. Si tenéis Twitter (o Facebook) sabréis de sobra que se montó la Marimorena: hubo personas muy mosqueadas con las declaraciones que se lanzaron a llamar homófoba a Laura Gallego, otros que corrieron a defender a su autora preferida o su colega y otros, como yo, que preferimos quedarnos en un terreno neutral porque entendíamos a las dos partes.

Bueno, yo rechiné un poco los dientes porque justamente quería haber escrito este artículo y parecía que iba a surgir a raíz de la polémica. Y mira qué manera más estupenda tengo de huir de las polémicas que abrir el artículo con la cita de marras. ¿Molo o qué?

Cuando digo que entiendo a Laura Gallego cuando dice eso no significa que esté de acuerdo con sus palabras. No creo que Gallego sea una homófoba de las de agredir a parejas en la misma capital donde, en un alarde de disonancia narrativa de la realidad, se celebra este año el World Pride. Creo que es una homófoba como cualquier persona que se haya criado en este país y no haya pasado por el complicado y continuo proceso de deconstruirse. Homófoba nivel mi madre, o quizá la tuya. No pega palizas, no insulta y sí, hasta tiene algún personaje menor en su historia LGBT, pero cree que las narrativas sobre gente como nosotros son intrínsecamente diferentes a las de un personaje heterosexual o cisgénero. Como le han reprochado otros, el poliamor mágico interespecie bien, heroínas lesbianas no tan bien.

Sobre este tema han hablado largo y tendido otros (como Alicia Pérez Gil o Rafa de la Rosa) mejor que yo. No es por aquí por donde quiero ir.

Laura Gallego tiene razón en una cosa: si no le sale de manera natural, no tiene por qué escribir sobre ello. Si no le sale de manera natural, es muy probable que sea la última persona que debiera escribir sobre el tema.

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la otra fantasia medieval

Por una amiga: cómo escribí mi relato para La otra fantasía medieval

Por si no lo sabíais, Laura Morán lanzó una convocatoria para una antología llamada #LaOtraFantasíaMedieval. Pretendía demostrar que el medievo no tiene por qué ser #medievoooo cuando escribimos fantasía. Si hay dragones y elfos, ¿por qué no hombres y mujeres que hacen lo que les da la gana sin tener que encajar en un rol artificial? ¿Por qué perpetuar la violencia contra las mujeres amparándose en que «la época era así» (spoiler: no, no lo era) cuando le damos mil vueltas a un sistema Sandersoniano de magia dura?

Resulta que la convocatoria fue un éxito y le llovieron los relatos. ¿Y qué hemos aprendido escribiéndolos? Laura nos ha pedido que contemos cómo ha sido el proceso y aquí vengo a ello.

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ideologia en ficcion

Ficción e ideología: cuando solo vemos la paja en el ojo ajeno

Las agendas ideológicas, qué en boga están. Son como muy del 2010, ¿no? Ahora hay un montón de gente haciendo ruido y exigiendo que en los cómics y las pelis salgan mujeres, y gays, y gente negra, y gente trans. Qué cosas, los paladines de la justicia y los caballeros blancos, qué de voces aparecen cuando se les da una cuenta de Twitter desde la que hablar. Y lo peor de todo es que los creadores… ¡les están haciendo caso! ¡Nos quieren meter sus agendas políticas por los ojos!

Cuando un juego como Baldur’s Gate decide introducir un personaje trans como si fuese una persona normal que hace un comentario al respecto si le preguntas por el nombre, los guionistas nos están enviando el mensaje de que las personas trans son personas normales y corrientes que podemos toparnos comprando el pan, yendo a clase o viviendo aventuras por Faerûn. Probablemente, si estás leyendo este blog, estés de acuerdo con este mensaje y consideres que es positivo (aunque, como todo, podría hacerse mejor).

Bueno, pues eso no fue lo que pensó parte de Internet.  Supongo que no tengo que explicaros que parte de Internet apesta a estas alturas, pero eso, que apesta.

Este artículo está fuertemente influenciado por este fantástico vídeo de Bukkuqui

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amor

El amor que leemos no es amor de verdad

Me ha venido a la cabeza algo que me dijo mi madre sobre mi abuela hace años. «Creció leyendo novelas de amor y cuando se casó y vio que no era eso, se desilusionó muchísimo». Esto me hace recordar el punto 20 del último artículo de Gabriella Campbell (que si no has leído te recomiendo porque es estupendo):

El amor que leemos no es amor de verdad

Parece una tontería tener que recordar que el amor que leemos y vemos por televisión no suele ser de verdad, pero es necesario. Muy necesario. Ya sabéis que pienso que la ficción moldea la realidad y la realidad moldea la ficción, así que consumir una idea hasta que sea asimilada por el imaginario popular puede ser beneficioso o perjudicial. Puede ayudar a que veamos la diversidad como algo natural, por ejemplo, o puede romantizar relaciones abusivas hasta el punto en que las niñas de catorce años vean normal que su novio las controle porque Hardin esto o aquello.

amor
«Para demostrar mi amor por ti, me he descoyuntado las cervicales.»

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Sobre el abuso del abuso

Aviso: Este artículo trata temas como el abuso sexual y emocional

La idea de este artículo, como muchos que vendrán, llega a raíz de una conversación con mis colegas de La Nave Invisible. No sólo hablamos de pizza, al fin y al cabo. Estábamos poniéndonos al día acerca de nuestras lecturas y confirmamos que había una alarmante proporción de violaciones y abuso sexual (generalmente a mujeres) tanto en literatura de género como en otro tipo de ficción. ¿Y eso por qué?

Podría parecer que no hay forma más sencilla de caracterizar a un personaje femenino que convirtiéndolo en víctima de abuso sexual. Una o dos agresiones y ya tienes a tu personaje caracterizado: o bien es un flan de nervios balbuceante y sollozante hasta el final de la novela, o una superviviente con la venganza en las pupilas y un odio feroz hacia los hombres. Es más: podría decirse que no sólo tenemos al personaje femenino caracterizado, sino que tenemos la trama completa. Después de todo, sabemos de sobra que violar está mal, ¿no?

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