Capítulo 3
Después de explorar a Rurik y a Bahuer, es el turno de Nutty y Kirsten.
Nutty es… un personaje divertido. Su acogida entre los lectores ha sido sorprendente; no pocos me han comentado que les gusta bastante o incluso en su favorito. De los de la tripulación, es el más carente de valores morales, lo que vendría a ser un psicópata clásico, de los que miran raro y fijamente. Su lado artístico y su creatividad macabra son su sello de identidad. A Kerr le da miedo, y hace muy bien en temerlo. El choque entre ambos personajes es muy divertido de escribir, dado que de tratarse de otro tripulante ella vociferaría órdenes y con él se limita a pedir las cosas con más o menos cierta educación.
Kirsten es otro de los personajes favoritos de los lectores y yo le tengo mucho cariño. Es fácil para mí y para la mayoría de vosotros identificarse con ella, dado que parece la más cercana. Sus aficiones son las que podrían tener muchos de los aficionados a la ciencia ficción, como los videojuegos, Internet y otros asuntos frikis. Por otro lado, su espiritualidad puede chocar con las creencias de la mayoría de los lectores, pero es uno de los aspectos que más llaman la atención de ella.
Cuando mi editora leyó el primer número, además de afirmar ser fan de Kirsten, me preguntó que por qué había decidido que fuese blanca, de raíces germánicas y musulmana. Personalmente, pienso que en el futuro veremos combinaciones poco usuales a menudo debido a la globalización. Más adelante se sabrá más del pasado y la familia de Kirsten, pero su interés por la religión procede de su contacto con descendientes de colonos turcos. En el presente, el Islam está cada vez más presente en Europa y existen numerosas comunidades de musulmanes de color, además de un número creciente de conversos blancos. No me resulta difícil imaginar un futuro en el que cualquiera, a través de Internet y la confluencia de comunidades, puede convertirse a cualquier religión. Aun así, creo que será cada vez más excepcional a medida que aumente el descreimiento de la población.
Como nota adicional, en este capítulo se revela que Kirsten es omnisexual. En un primer momento la denominé pansexual, pero ese término es el que se utiliza a día de hoy para distinguir a las personas que se sienten atraídas por todos los géneros. A menudo es intercambiable con el de bisexual, que admite la atracción por dos o más géneros. Kerr responde a esta acepción, pero en mi optimista visión de futuro la identidad sexual no será un tema de conversación tan acuciante (de ahí que Kerr no se haya denominado como tal de palabra, aunque sí de hecho).
Por otro lado, una realidad con alienígenas precisa de una apertura de esos términos. ¿Qué pasa cuando lo que te gusta no es humano? ¿Cuál es la opinión de la gente y cómo de bien visto estará? ¿Es incluso posible que exista esa atracción? La respuesta es sí, sin duda. Ya hay gente con fetiches furries, porno de tentáculos y hasta personas que se enamoran de objetos inanimados (?). Lo que no quiere decir que esté aceptado o bien visto. Como dice Kerr, asqueada: «Me gusta la gente. La gente humana. Lo que se supone que tiene que gustarnos a los humanos».