Capítulo 3

En el capítulo 3 pasan muchas cosas, pero lo primero que descubrimos es que Kerr no lava sus juguetes eróticos tanto como debería (me encanta ese meme, por cierto), ¡pero nos espera la primera escena de acción del número 2!

Antes que eso, Kerr confirma sus sospechas de que Jansen no le estaba diciendo toda la verdad y se encuentra con que tiene que embarcar a una niña y a un rae’loc. La guardia portuaria viene tras ellas: saben que van a marcharse y parece que hacerlo contraviene las leyes de Irdis. El señor Eric Larsson, uno de los pocos pelirrojos genéticos que deben de quedar en el universo, indica que el ADN de la niña tiene secuencias de su propiedad. Y mientras que Kerr no tiene reparos en vender a alienígenas al mejor postor, cuando hay humanos de por medio le sale la conciencia, así que empiezan los tiros.

Cuando todo ha terminado, Kerr va en busca de Imbarr, la alienígena que ha subido a bordo. ¡Y más racismo casual, por supuesto!

Mi inspiración clara para los rae’loc son las asari, pero en lugar de decidirme por una raza con un solo género creé una especie agénero. Los rae’loc carecen de características sexuales secundarias, por lo que son bastante andróginos humanoidemente hablando, y la mayor parte no consideran que el género sea algo relevante en sus vidas. Un cierto porcentaje sí que lo hace, y adopta partículas para referirse a sí mismo que le diferencian como tal. Los géneros rae’loc no son femeninos o masculinos, sino algo muchísimo más indescriptible para los humanos. Muchos humanos, como Kerr, dejan de lado los matices lingüísticos y espirituales de las partículas rae’loc y tiran de generalizaciones femeninas o masculinas para explicarse a sí mismos una realidad que no pueden ni quieren abarcar.

P’REZ dibujó un rae’loc a partir de lo que interpretaba en la descripción y le salió algo como esto:

Casi un año más tarde se ha replanteado el diseño: