Capítulo 6
Kerr está feliz, si por feliz entendemos inmersa en una vorágine de sexo y comida precocinada que realmente disfruta. Después de un tímido acercamiento a los videojuegos (para qué quieres jugar a disparar a gente cuando lo haces en la vida real) y un encuentro incómodo en la cocina, escucha una conversación que tal vez no debería haber oído. De pronto se hace evidente que Kerr es la otra y que esto no es más que tiempo prestado. Al fin y al cabo, hay una «normalidad» a la que volver y en la que atesorar estos recuerdos.
Si las relaciones a distancia son complicadas, las relaciones interplanetarias más. Supongo que hay un límite de distancia en la que da igual ocho que ochenta, pero en el caso de Kirsten y Dektor la distancia nunca podrá ser eliminada. Por más que utilicen métodos de realidad virtual como la Ciudadela (un pequeño guiño al universo de Mass Effect), nunca podrán llegar a darse la mano o un beso de verdad. ¿Ha calculado Kirsten todo esto? ¿Lo ha aceptado? Lo veremos más adelante.