Capítulo 7

Kerr es una racista (o especista en el sentido alienígena de la palabra), pero siempre hay gente peor que ella. Aunque sea problemática, no es la villana de la historia. De ahí que necesitase un grupo corporativo supremacista que representase el extremo de su racismo casual, uno que se argumenta intelectualmente y tiene medios económicos y políticos para hacer presión. Mientras que el defecto de Kerr se basa en la costumbre y las emociones, Primus Filius tiene un objetivo que cumplir y no duda en hacerlo. Y parece que algunos humanos son prescindibles si ayuda a la causa. Por suerte o por desgracia, Kerr tiene demasiados traumas infantiles como para poner en juego la vida de una niña y su madre. Así despacha a Carlo Lucani con tan malos modos y se asegura de cabrear a un grupo con verdadero poder. Por si eran pocos.

En este capítulo Kerr visita su apartamento por primera vez. No sé por qué, pero siempre me ha gustado describir cómo alguien limpia u ordena sus cosas. Además, es una excusa para hablar de los robots de limpieza. ¡Nunca se habla suficiente de los robots de limpieza!