Poder físico y belleza: ¿Antes muertas que sencillas?

Tengo una lista pendiente de temas para artículos a los que pensaba darles prioridad, pero este asunto me resulta especialmente atractivo a la vez que molesto. Resulta que van a hacer una peli de Wonder Woman. Aunque leo cómics a menudo y lo primero que me terminé fue un Mortadelo a los seis años, los superhéroes nunca me han llamado la atención. Ni DC ni Marvel, ni las películas ni las series (a excepción de Jessica Jones por no ser una superheroína al uso, probablemente) han conseguido despertar mi interés por los supers. Sin embargo, Wonder Woman siempre ha encabezado mi lista de personajes chulos y me gusta saber de sus aventuras y devenires. No tengo duda de que se debe a que es una mujer muy alta, fuerte, de mandíbula cuadrada, pelo oscuro y ojos claros. Xena hizo mucho por mí, me temo.

La imagen promocional de la peli es esta:

La pose de batalla amazona parece implicar enseñar un muslo de perfil.

Y… no me gusta. Mirad, no soy muy fan de Gal Gadot, pero amo fuerte a Robin Wright y me encanta la idea de que sea una generala de la antigüedad. Y, aun así… ¿De veras? Dice la directora de la película, Patty Jenkins:

«Para mí, no deberían vestir armadura como los hombres. Debería ser diferente. Debería ser auténtico y real, y atractivo para las mujeres.» Sobre los tacones altos dice «Es un deseo cumplido. Yo, como mujer, quiero que Wonder Woman esté muy buena, luche como una badass (NdT: para mí, la traducción de la palabra no se ajusta a su sentido global) y luzca genial al mismo tiempo… del mismo modo en que los hombres quieren que Superman tenga grandes pectorales y un cuerpo imprácticamente grande. Esto hace que se sientan como el héroe que quieren ser. Y mi heroína, en mi cabeza, tiene piernas realmente largas». Jenkins comenta, además, que las guerreras usan calzado plano para las luchas intensas. Menos mal.

Entiendo perfectamente ese rollo de aspecto deseado y fantasía femenina, pero ese tipo de armaduras no son ni auténticas ni reales, como tampoco lo es usar zapatos de tacón en una batalla. Entiendo que las mujeres deseen una representación atractiva porque tenemos grabado a fuego el mantra «antes muerta que sencilla«. Necesitamos sentirnos guapas y femeninas en todo momento, hasta en el calor de la batalla, porque nuestra vida social y reconocimiento depende de ello. Parecemos reticentes de apreciar la capacidad de arrancar columnas de una guerrera si no lo hace arropada por su feminidad y belleza, que a menudo son incompatibles con la realidad de la guerra.

No es sólo que los personajes femeninos estén sexualizados a costa de su propia seguridad; creo que a todos nos viene a la cabeza el caso del Bikini Chainmail, ¿no? Pero aunque sea una fantasía como cualquier otra y todo el mundo lo reconoce como imposible a la hora de llevarlo a cabo de manera práctica (ya que ninguna de nosotras iría a una batalla de esa guisa, por muy sexy que nos sintiéramos), existe otra noción instalada en nuestro inconsciente que es igualmente dañina: las tetas en la armadura.

Mi armadura femenina preferida es la que se sujeta al cuerpo mediante la fe.

Comentábamos en Twitter el otro día que muchos artistas desconocen (o prefieren desconocer) que una armadura femenina no es más que una armadura normal vestida por una mujer. Con proporciones distintas para los hombros y la cadera, sí, pero prácticamente igual. No es necesario ponerle tetas a una coraza para albergar nuestro pecho, ni siquiera aunque tengamos un busto prodigioso. Aunque no lo parezca, en cuestión de números los hombres suelen presentar una medida pectoral superior a la nuestra. Y, a diferencia de nuestros blandos pechos comprimibles con sujetadores deportivos, binders o vendas (¡aunque lo de vendarse el pecho sea muy peligroso!), su capacidad torácica es difícilmente reducible.

Las tetas en la armadura implican un defecto de diseño muy grave. No cuesta imaginar que los golpes acabarán redirigidos por la forma de la coraza a un solo punto central. Una mala caída podría romper el metal y hundirlo hacia dentro, y el resultado es el mismo: esternón roto y muerte de la usuaria. Y aunque nadie iría a una justa medieval con un bikini de malla, no son pocas las mujeres que solicitan a herreros profesionales que les confeccionen corazas con tetas bajo la idea de que quieren sentirse femeninas, poderosas y atractivas, como si el hecho de llevar una puñetera armadura y justar no fuera jodidamente poderoso per sé. En un cosplay no tendría por qué haber problema, pero hablamos de armaduras reales que resistirán impactos reales en torneos reales.

De la que te caigas o te den un lanzazo, vas a lucir unas heridas tope femeninas. Que conste que la mayoría no visten así.

Aquí es donde creo que está la madre del cordero de este asunto. Veréis, me encantan las chicas vestidas con armadura y listas para el combate. Me gustan las mujeres que sudan y se ensucian de sangre y barro mientras cargan contra el enemigo, llenas de marcas y cicatrices por el equipo que les roza la piel, y callos en las manos por empuñar una espada. Las encuentro poderosas y fuertes, y para mí su atractivo se destila de esa capacidad física y de su confianza, del mismo modo que en la fantasía de poder masculina no se necesita que Kratos tenga el rostro de Henry Cavill para resultar interesante. Sólo se necesita que dé hostias y las aguante, pues la belleza y el poder masculinos están disociados.

¡Joder, sí!

Pero mientras que es sencillo encontrar hombretones fuertes y feos y a nadie le importa si lo son, es muy complicado encontrar su variante femenina, porque su poder se relaciona casi impepinablemente con la belleza estereotípica. Por eso la Wonder Woman de Jenkins tiene un pelo Pantenne, largas piernas y un cuerpo torneado y por eso para ella es un deseo cumplido, porque la mayoría relaciona poderío y validez con la hermosura canónica de las modelos femeninas. Pero esto no se ajusta a las necesidades de una batalla real, donde cada centímetro de piel expuesto es un reclamo para los golpes, los tacones son completamente absurdos y las cabezas deberían estar cubiertas por grueso acero.

Wonder Woman es muy hermosa, pero también tiene hombros propios de Superman, biceps de Batman y unos muslos con los que te puede partir el cuello. Como dice mi amigo Lanarch, WW debería poder darte una paliza aunque no tuviese poderes. Por desgracia, para los paladares mainstream, ese tipo de cuerpo no es el más atractivo en una mujer, pues carece de la fragilidad y esbeltez que se le presupone a la feminidad clásica.

Sejic al rescate. Snu-snu es lo que nosotros tradujimos por «kiki». O sea, kiki.

¿Qué quiero decir con todo esto? En suma, que creo que se debería dejar de relacionar validez, poder y belleza femenina. Con los personajes masculinos se puede, ¿por qué no con los femeninos? Eso no significa que las guerreras deban ser horrendas, ¡por supuesto que no! Pero tal vez deberíamos dejar de necesitar la belleza y la estupendez para validarlas. Si cuando se quitan la armadura y se pegan un baño son preciosas, eso que se llevan, ¿pero por qué lo consideramos imprescindible incluso en batalla?

¿Eres una mujer y, como a Jenkins, te gusta que WW tenga largas piernas y pelazo de anuncio, y cuerpo pilates y no crossfitter? Mira, no voy a ser Homer Simpson y decirte lo que tiene que gustarte. Es una peli y una fantasía, y si la tuya se cumple de esa manera, adelante. Eso sí, te recomiendo que no te hagas fabricar una coraza con tetas si pretendes luchar con ella. Tu esternón te lo agradecerá. Te recomiendo también que uses al menos un gambesón. Los muslos al aire en un cóctel dicen «sexy», pero en una batalla a mí me susurran «auch».

Por mi parte, dejaré pasar a esa WW porque no es la mía. Hay muchos tipos de poder que puede ejercer una mujer y en muchos la gracia y belleza son importantes. Para seducir a la corte, Margaery Tyrell va de perlas. Pero si nos vamos a encontrar en batalla, dame a una luchadora embutida en metal. Dame a Johanna o dame a Brienne, dos rubias de belleza dispar pero con un punto en común: han venido aquí a machacarte, porque eso es lo que hacen las guerreras.

23 comentarios

    • Rocío dice:

      Con lo fácil que es declararte celta, pintarte con glasto y confiar en aterrorizar a tus enemigos antes de que te destruyan…

  1. Cano dice:

    Solo hay que ver cualquier competición en plan recreación histórica con un mínimo de seriedad donde peleen mujeres. Todas visten armaduras prácticas, destinadas a proteger, que es para lo que sirven.

  2. Raquel dice:

    Más que la forma del pecho, lo que me preocupa es el escote. Vale, acepto que tengan algo de «forma» (para sentirte como si no llevaras nada…llevaras nada…). Te compro que sean de cuero fuerte en vez de malla por la diferencia base (que no total) de fuerza. Pero ¿Escote? No ya porque hay mas hueco para recibir heridas… En serio que si te metes una hostia con una armadura metálica con escote no es que te rompas el esternón. Es que te haces una masectomía.
    Como todo, es mi gusto personal. Eso sí, si me ponen a un tío peleando en taparrabos y descalzo no voy a protestar por una en bikini y tacones (aunque no podré evitar reírme), porque es parte del ethos de esa peli. Y ya.

    PD: Si nos ponemos a mirar lo realista de las pelis, cada vez que ves a alguien con un arco te desorinas.

  3. Kamul dice:

    Uno de los pocos videojuegos que he visto que dan una representación mucho más realista de la ‘armadura según el género’ es Dark Souls. Básicamente porque no existe. Todos los sets de armadura y vestimenta del juego son unisex, lo que significa que un tío puede ponerse una toga de tía y una chica puede embutirse cuando quiera en armadura. En ningún momento las últimas se ‘abomban’ para ajustarse al busto de sus portadoras.

    Luego tienes a una mujer llamada Gwynevere con un bustamen capaz de aplastar al más pintado, pero al menos es una diosa y está en un palacio divino de la muerte, así que se le perdona xDD.

    Por mi parte, sinceramente, prefiero a la Wonder Woman cachas. A mí que quieres que te diga, una mujer con chicha (y no sólo en la delantera) me resulta muy atractiva, sobre todo porque para mí es signo de personalidad.

  4. Dikana dice:

    La gente ya se ha olvidado de que las amazonas de verdad se amputaban un pecho para que no les estorbara a la hora de manejar el arco. Tope sexy, vamos… Ellas sí que sabían lo que era la practicidad en la batalla por encima de todo.

    Es interesante cómo las mujeres a veces seguimos sufriendo una ligera esquizofrenia con respecto a estas cosas por culpa de lo arraigados que tenemos determinados conceptos. Queremos ser fuertes y duras, pero también bellas y femeninas como princesitas. Al final la mezcla resulta ilógica. Para los hombres es más sencillo porque su ideal de fuerza y belleza va más parejo, ambos asociados a la potencia física. ¿Pero nosotras? O eres delicada o eres fuerte, no se puede ser ambas cosas a la vez.

    Asociamos la feminidad a la fragilidad, y ése es el mayor error de todos. De ahí salen estos engendros absurdos e increíbles. Ser un/a guerrero/a tirillas está bien si eres maestro/a de una de esas artes marciales que «se aprovechan de la fuerza del adversario» (y, aun así, masa muscular hay que tener). Pero si eres un/a guerrero/a a estilo bárbaro, de los que luchan con pura fuerza bruta, hace falta estar cuadrado/a, tener una musculatura muy potente… entre otras cosas porque, si no, no hay quien levante la puñetera espada, que ya de por sí pesa no sé cuántos kilos. Igual que la armadura. Es de sentido común. Por eso, cuando nos intentan vender una guerrera que parece una modelo de pasarela… meh. Credibilidad cero, señores (con razón van medio en bolas, no tienen fondo suficiente para poder luchar llevando una armadura en condiciones).

    Pero tiene delito que seamos las propias mujeres quienes aún damos por hecho que ser físicamente fuerte es sinónimo de ser una machorra horrenda, como muy bien dices. La feminidad no está en los tacones ni en el pelo Pantene ni en los músculos. Está en la actitud. Mientras no comprendamos eso, pocos estereotipos vamos a romper.

    • Rocío dice:

      Eso sin empezar a pensar en qué es realmente la feminidad, si es intrínseca a la mujer, si es intrínseca a todas las mujeres… Yo no tengo ni idea. Soy mujer y me considero femenina aunque no siga los cánones de la feminidad en casi ninguna de sus vertientes. Paradójico, supongo.

      En todo caso, has dado en el clavo. Ahora mismo andamos un poco descolocadas porque hemos salido de la mujer ideal de la sección femenina pero nos presionan por varios frentes para ser otro tipo de mujeres ideales y no sabemos qué hacer y qué no. Eso tiene que empezar a cambiar.

    • Raquel dice:

      Eh…lo de las amazonas es más mito absurdo que otra cosa. Mis pechos nunca me han molestado para tirar con arco. Y no son pequeños, y hago tiro tradicional, no olímpico (vamos, que el arco es «similar», no de esos que parecen tecnología extraterrestre. Lo cuento porque siempre me sonó raro. Luego leí por ahí que era una invención para darlas una personalidad más «aguerrida» y para matar en ellas el concepto de la maternidad. Acabo de buscar en la wiki y (por hacerlo rápido) pone esto

      «Mientras algunos consideran a las amazonas un pueblo puramente mítico, otros les suponen un fundamento histórico. Las deidades a las que prestaban culto eran [···] y Artemisa, no la diosa griega normal así llamada, sino la deidad asiática equivalente en algunos aspectos. Se conjetura que las Amazonas eran originalmente las sacerdotisas y sirvientes del templo (hierodulae) de esta diosa, y que la amputación del pecho correspondía con la automutilación del dios Atis y los galos, los sacerdotes romanos de Rea Cibele»

      Vamos, que nada de para tensar mejor XD
      Echa un vistazo también aquí.
      http://www.quo.es/ser-humano/es-cierto-que-las-amazonas-se-cortaban-los-pechos

      • Dikana dice:

        Jaja, ¡interesante! XD Si te digo la verdad, lo único que sé es lo que he estudiado: la versión griega de que se amputaban un pecho, porque es lo que significa «a-mazos» en griego. Es la típica cosa que se estudia siempre en griego, cultura clásica o mitología. Pero gracias por el apunte, porque me ha gustado el desglose etimológico que hacen en la Wiki. Yo hablaba únicamente desde el canon griego que estudiamos en Mitología Clásica, en la carrera. Porque piensa que el mito, aunque sea absurdo, si tiene más de 2.000 años, ya se ha convertido en leyenda 🙂 Y amputarse un pecho no tiene por qué ser imprescindible para manejar un arco, basta con que sea un asunto ritual, como los cráneos alargados de Perú o el estiramiento de cuello femenino de algunas tribus de Birmania, Tailandia o África. Simple modificación corporal por cuestiones tradicionales o por auténtica fe de que servía para mejorar sus capacidades.

        Quién sabe cómo serían las amazonas realmente, no creo que aún existan estudios fiables al respecto. Aunque no deja de ser curiosa la forma en que los griegos las visualizaban, tan radicalmente opuestas a «sus propias mujeres», como si el simple hecho de ser guerreras ya las convirtiera en una especie diferente. Eso también viene a cuento del artículo de Rocío.

        • Rocío dice:

          Eso es. Las mujeres griegas estaban encerradas en el gineceo y da gracias. Hoy en día no nos encerramos, pero seguimos necesitando representar el papel de cosa bonita que mirar en cualquier situación sin pararnos a pensar en que lo importante es ser competente y ya está.

        • Raquel dice:

          También es posible que fuese (en el caso de que existiesen) una forma de aterrorizar a la gente con ello. A ver, no es lo mismo decir «que burros son los del pueblo de al lado que nos pegan pedradas» a «joder, a 3 semanas de aquí hay un pueblo donde hay unas pibas tan burras que acortan y queman los pechos a sus hijas y matan a sus hijos. Y se comen vivos a los hombres. Y cabalgan hidras…¡AH! Y beben sangre de unicornio» Personalmente creo que lo de «arrancase un pecho» pertenece más a las leyendas difamatorias que a la realidad.Mira todas las salvadas que se decían de los vikingos, por ejemplo.

  5. Puck dice:

    Vaya, en cuanto vi la primera frase de que hacían una peli de Wonderwoman, me entraron ganas de ir a verla. Pero por lo que comentas, que se la queden.

  6. Ana Katzen dice:

    A mí el diseño de Wonder Woman me gustaba en parte porque NO tenía armadura. Por la época de los griegos nuestro manejo del metal no era lo bastante avanzado para construir las armaduras imponentes de acero de la edad media. Por entonces la protección se limitaba a una coraza de hierro en torno al pecho, grebas y casco.

    A pesar de su diseño evidentemente americano, para mí, algunos dibujos de Wonder Woman parecían decir «Ven y prueba herirme, que te machaco la cabeza en el intento». Entrar a la batalla sin armadura es el pináculo de ser badass.

    Pero, ¿tacones? En serio, ¿tacones? Mira, hay una razón por la que las maratonistas no usan tacones: porque no puedes correr. Por más que usen «calzado plano para peleas intensas», es absurdo.

    Estoy haciendo una serie sobre cómo escribir peleas. Iba a hacer un apartado en cada entrada explicando algunas cuestiones a tener en cuenta cuando la guerrera fuera mujer, pero creo que prefiero hacer una entrada aparte. Son demasiadas cosas en todos los ámbitos, desde el tipo de armadura hasta el combate mano a mano.

    • Rocío dice:

      Es cierto que WW no llevaba armadura (tampoco es que la necesitase, siendo una semidiosa), pero la armadura griega era más consistente que esa. Las grebas cubrían hasta la rodilla y eran recias, llevaban el torso y los hombros cubiertos y usaban casco. Además, sus escudos eran mucho más grandes para paliar la falta de metal. Lo que me chirría, sin embargo, es que la directora no ha dicho «no usan armadura porque son badass/no la necesitan/ el diseño es griego», sino «es que tienen que ser guapas y letales». Y un pepino. Lo de los tacones es de llorar.

      Y si acaso, si acaso, las amazonas tuviesen el cuerpo de Gina Carano, me lo creía. Pero es que son muñequitas 🙁

      • Ana Katzen dice:

        Exacto. Veo sus imágenes promocionales en las que WW levanta un escudo y no pienso «Uy, qué badass», sino «¿Quién se cree que puede levantar eso con esos brazos?».

        Sé que la muscularización de WW es un fenómeno moderno, pero habría esperado que esto se viera reflejado en la película.

  7. Dalayn dice:

    A mí lo de «como mujer quiero que esté buena y luche como un badass y luzca genial»… en fin. Que la directora ha hecho la WW que quería, de acuerdo. Que me parece una visión muy sesgada de la feminidad, también. Que una tía esté buena, luche bien y luzca genial no me parece incompatible con llevar una armadura bien hecha, unas botas planas y partir cráneos con los muslos.
    Siempre me ha parecido absurdo que Beckett en Castle salga a pillar delincuentes en tacones. ¿Tiene planos de cuerpo entero tan frecuentes como para que sean imprescindibles? Queremos que pille al malo y se meta con Castle, no que vaya como una princesa a todas partes. Con WW igual. Oh, es que Superman está cachas. Sí, mira, aparte de ser un extraterrestre, resulta que para pegar hostias con los puños, en general, cuanto más ejercites bíceps, tríceps, pectorales, etc, más fuerte pegas. Y suele pasar ¡oh, sorpresa! que al ejercitarlos tienes más músculo. ¿A los hombres un tío como Superman les hace sentir como el héroe que quieren ser? Vaya, yo creía que la mayoría de los de mi quinta preferían a Spiderman porque era un tirillas y daban más el pego cuando se disfrazaban que si elegían a Superman. Mi heroína, en mi cabeza, es alguien a quien quiero emular de alguna manera. Hablando de superhéroes solo puedes hacerlo con el traje. Y lo siento mucho, pero yo en ese traje no entro. Prefiero el de viuda negra y el escote ya cada una que se lo ponga donde quiera.
    Es el eterno debate entre «es que a mí me gustan así pero, ¿hasta qué punto me gustan así porque la sociedad me ha dicho que es así como me tienen que gustar?». ¿Hasta qué punto estamos tan acostumbrados a ver pegatinas que dicen ser armaduras pegadas al cuerpo de personajes de un videojuego que creemos que así es como tiene que ser realmente una armadura?

    • Rocío dice:

      Ese era un tema que no quería tocar en la entrada porque a) toda crítica directa al patriarcado es invitación a los trolls b) tendría que escribir dos o tres entregas, por lo menos.

      Pero sí, lo que me da la impresión es que Jenkins está apuntando a la «male gaze» para satisfacer los gustos de otros. O que sus propios gustos están condicionados por los gustos de otros. Claro que no se puede afirmar esto rotundamente, porque quién sabe hasta qué punto haces lo que haces porque quieres o porque crees que quieres.

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