Hace un par de fines de semana aproveché el tiempo espléndido para encerrarme en casa a jugar a juegos de mesa (pero el sol entraba por la ventana y alegraba mucho, que conste). Mis compañeros de juegos, aparte de PREZ y un amigo sin Twitter, fueron @dragon_mecanico y @MPMoles_, así que la atmósfera creativa era considerable. Jugamos a varios juegos, pero creo que con el que más nos divertimos fue con Érase una vez, que al fin he adquirido tras años de tensión sexual no resuelta.
El chispazo de creatividad y capacidad de improvisación que proporciona este juego es considerable, de ahí que se me haya ocurrido reunir en una lista los juegos que considero que mejor le van a un escritor para practicar y hacer estiramientos creativos. He jugado a todos ellos y algunos me gustan más y otros menos, pero considero que todos tienen valor para cualquier persona a la que le guste contar historias y quiera hacerlo mejor. ¿Empezamos?
1 – Érase una vez
Adoro este juego. Creo que lo probé con 16 o 17 años, pero a mis amigos no les interesó demasiado. Además, si no tienes ganas de ceñirte a las reglas y tratar de crear una historia congruente (dentro de la fantasía), el juego queda bastante churrero y pierde gracia.
Es un juego de cartas muy sencillo de aprender y de jugar. Cada jugador coge una carta de final (que puede ser algo como «…y gracias a su coraje, fue premiada con riquezas» o «…y los enterraron juntos y todo el reino lloró su muerte») y varias cartas de elemento. Estas cartas son las que ayudan a construir la historia y abarcan personajes, adjetivos o tramas concretas.
El objetivo es librarte de todas las cartas de tu mano y encajar tu final. Tiene que encajar bien. Si el resto de jugadores no están satisfechos, tendrás que descartarlo y coger uno nuevo. Y a ver cómo te las arreglas. Tu turno termina cuando te quedas en blanco, cuando te contradices o cuando otra persona usa una carta para interrumpirte.
Yo lo encuentro muy rejugable e interesante. Recomiendo ponerles nombres estúpidos a los personajes para mayor disfrute.
2 – Story Cubes
El Story Cubes es perfecto para niños, aunque los adultos también podemos disfrutarlos. Consiste en varios dados con caras que exhiben objetos o ideas que son interpretables de diversas maneras. Hay varias maneras de usar estos dados, pero el objetivo final es narrar una historia entre todos con elementos aleatorios.
Reconozco que solo lo he jugado un par de veces, pero Blas Cabanilles hizo un Hangouts en el que se usaban estos dados para crear una historia. Os lo dejo por aquí:
3 – Sí, Señor Oscuro
Este juego es similar a Érase una vez, pero tiene elementos de rol que este no. Cada jugador encarna a un goblin al servicio del Señor Oscuro (otro jugador) que hará las veces de máster. Los jugadores usarán cartas con elementos para explicarle al Señor Oscuro por qué han fallado en la misión que se les ha encomendado (que el Señor Oscuro puede plantear, y cuanto más absurda sea, mejor). Cada goblin tiene 3 vidas, y cada vez que se queda en blanco o no satisface en sus explicaciones al Señor Oscuro, pierde una. El último goblin gana.
El problema de Sí, Señor Oscuro es la congruencia: es muy fácil achacarlo todo a la magia y al humor absurdo propio del juego para que la trama se deshile y pase a ser un non sequitur chorras (nada malo con ello, pero no es mi estilo). Hace años que no lo juego por esto mismo; mi grupo prefirió desterrarlo después de varios intentos en los que no se llegaba a nada.
Sin embargo, creo que con un buen Señor Oscuro se pueden liar historias simpáticas. También podría ayudar darle roles diferentes a los goblins y que se ciñan a ellos, pero esto ya entra en el terreno de las reglas caseras.
En este sentido, me han recomendado el Sí, Padrino Oscuro, que encoserta un poco más a los jugadores. Como no lo he probado, no puedo decir si es mejor o peor.
4 – Hombres Lobo de Castronegro
No sé hasta qué punto HLDCN puede servir para crear historias, pero tiene una parte de juego de rol y narración que podría resultar interesante. Es uno de los que más he jugado y, en el ambiente adecuado, es verdaderamente divertido.
Castronegro es un pueblo donde hay aldeanos, personas con capacidades especiales y hombres lobo. El objetivo de los aldeanos es sobrevivir y el de los hombres lobo comérselos a todos. La gracia es que nadie sabe qué carta tienen los demás y deben atacarse entre sí o espiarse a ciegas. El narrador es el hilo conductor de la historia y el que vigila que todo salga según lo previsto. Los jugadores deben, en base a su carta, jugar su rol y hacer la purga del pueblo sin que se lo cepillen sus enemigos.
Lo malo de HLDCN es que se necesitan muchas personas para jugar (por lo menos seis, aunque es mejor con más de ocho) y que, a menudo y sin comerlo ni beberlo, te matan nada más empezar y tienes que pasarte el resto de la partida viendo cómo tus amigos se divierten.
5 – Juegos de rol
(que técnicamente no son juegos de mesa, lo aclaro para que McAxel no se enfade)
Si tienes la oportunidad, juega a rol. Ya sea como master o como jugador, hay pocas actividades lúdicas mejores para mejorar tu capacidad de narrar y crear personajes. Hay gente que juega al mazmorreo y a matar muchos bichos y subir de nivel: esto está muy bien para divertirse, pero si lo que quieres es aprender cosas como escritor, deberías intentar buscar una mesa con más tendencia hacia lo narrativo.
Los juegos de rol son tan baratos que ni siquiera tienes que comprártelos: basta con que te descargues de internet cualquier sistema de reglas gratuito (los hay a puñados). Si te gusta algún juego comercial, podéis comprarlo entre todos los jugadores y usar el manual hasta que se caiga a trozos. Todo lo que necesitas, aparte de un reglamento (que hasta es opcional) es papel, lápiz y dados (o algún otro sistema de azar). El resto de cosas son optativas para darle más sabor.
Llevo jugando 16 años y lo he hecho de todas las maneras: en mesa, en chat, en vivo, en foros, en RPW… Todas son válidas y todas ayudan a desarrollar tu narrativa. En este artículo te conté de qué maneras podía ayudar el rol a escribir mejor, así que no sé a qué estás esperando.
¡Hola Rocío!
Me ha encantado tu entrada, porque creo que estamos aún un poco atrasados en entender el concepto de juego —ya no digamos nombrar el rol, que en nuestro país es tabú—. Parece que jugar no es algo serio, que simplemente sirve para pasar el rato —o perder el tiempo— y puede ser una herramienta social y de aprendizaje maravillosa.
He jugado a todos los juegos que nombras y son fantásticos para tirar de inventiva, de improvisación, oratoria y otro montón de aspectos que nos vendrían genial a todos y sobre todo a las generaciones futuras.
Si puedes prueba T.I.M.E Stories, no es tan interactivo como los que propones, pero tiene una historia inmersiva genial. Como escritor me dio muchas ideas aplicables y como jugador me lo pasé muy bien.
Y en rol solo puedo recomendar Faith, sobre todo para gente que se inicia, porque tiene aspectos de juego de tablero y está muy bien implementado.
Genial entrada y magnífica reflexión.
Un saludo
No sé si peco de optimista, pero a mí no me parece que el rol sea tabú en absoluto. Llevo muchos años jugando y he ayudado a organizar jornadas de rol y juegos de mesa, y los medios que nos trataban dejaron de insistir sobre la posible violencia hacia 2012.
Me apuntaré los juegos que nombras 😉
No creo que peques de optimista, al contrario, es verdad que los medios han cambiado su orientación al rol desde hace tiempo. Aunque creo que aún queda trabajo con la sociedad en general, pero como en muchas otras cosas.
Yo también utilizo los juegos de mesa para parte de mi trabajo y me parecen fundamentales en el aprendizaje. Al rol he jugado muchísimo y seguiré haciéndolo porque me divierte y porque me ayuda a mejorar como escritor.
Me alegra que exista gente que tiene esa capacidad de ver el vaso medio lleno, nos hace bastante falta.
Tienes que probar Quedar Stories, le da una vuelta al concepto de inventar historias y encima con buen humor. Cada jugador es el mecenas de un grupo de aventureros de lo más variopinto y tiene que convencer al tabernero de que su grupo es el mejor y ganarse el contrato. Enorme
Quest Stories, no quedar Stories xD, el maldito diccionario del móvil vence otra vez
Yo tengo desde hace algún tiempo uno que se llama Misery Bubblegum (http://www.museoffire.com/Games/MiseryBubblegum/). Es un refrito de mecánicas un poco ecléctico (tienes atributos que funcionan por un sistema de piedra-papel-tijeras, luego arquetipos que imponen limitaciones a tu comportamiento «aceptado» y es un poco confuso al principio), pero la «chicha» real, las cartas de necesidad y conflicto, sí que planean conflictos y tramas de los que pueden salir buenas historias si la gente lo hace bien.
Buen artículo. Como jugador de rol habitual y como escritor, me encanta que la gente recomiende los juegos de rol para desarrollar sus capacidades narrativas. No en vano tengo una web de juegos de rol (entre otros), y procuro ensalzar sus virtudes siempre que puedo.
Por aportar algo, recomiendo otro juego que podría tener perfectamente cabida en tu artículo: el Dixit.